A primeros de noviembre, aprovechando el puente de Todos los Santos, los días 2, 3 y 4 nos dispusimos a realizar la visita programada a estos lugares desconocidos de la provincia de Granada y Almería, no así el Cabo de Gata que ya había sido visitado por algunos de nosotros en otras ocasiones.
GORAFE
Con algunas dificultades imprevistas, conseguimos iniciar el viaje a Gorafe, localidad donde se encuentra uno de los Parques Megalíticos de Andalucía, en el altiplano de la provincia de Granada, con Sierra Nevada cubierta de nieve al fondo, que nos traía un viento serrano muy frío. Llegamos al primer mirador, de los Olivares, una meseta con muchos dólmenes de todo tipo: de una cámara, cámaras con pasillo de dos metros, redondos, etc., bajamos por una cuesta y había muchos más, seguimos el recorrido por la montaña visitando otros y entre ellos, el más importante y bien conservado, el dolmen nº 134.
En la fotografía se puede observar sus tres cámaras y las grandes losas que conserva del techo. Continuamos en el autobús hasta el pueblo de Gorafe, donde visitamos su Centro de Visitantes, un centro sorprendente en éste pueblo tan pequeño.
Después del almuerzo, copioso y muy rico, seguimos hasta el Balneario de Alicún. Fue la gran sorpresa: el entorno del balneario, ya que ninguno esperábamos esta belleza de paisaje. El guía nos llevó por un camino para conocer los acueductos naturales, cinco en total, en caliza travertina, conocidos ya en la Prehistoria por los pobladores de la zona, de hecho, un acueducto fue desviado para su poblado. En nuestro paseo al atardecer, caminamos al lado de las paredes del acueducto por donde caía el agua caliente, cubiertas de una vegetación exuberante con plantas de todo tipo. Entre las piedras, crece el Limonium Alicuense (Plumbaginaceae) endemico único de este acueducto. Había grietas naturales en la pared de dos acueductos y pasábamos por ahí, de un acueducto a otro. Quiero aclarar que eran paredes altas y el camino por dónde marchábamos nosotros descendía. En las fotografías se aprecia muy bien. Ya casi sin luz del día regresamos en el autobús , embelesados de tanta belleza, sin palabras para describir el ambiente y sorprendidos de no tener ni idea que hubiese estos acueductos con agua desde la antigüedad, rumbo a Almería, donde pernoctamos dos noches.
CABO DE GATA
El sábado 3, salimos hacia el Cabo de Gata por la mañana, recogimos a la guía y directos para llegar al mismo faro y disfrutar de las vistas. De allí seguimos hacia las salinas, con parada para observar a los flamencos. Continuamos hacia Rodalquilar, por el camino la guía nos habló de los cultivos en los invernaderos y nos mostró una zona muy extensa sin ninguno de éstos, que era el campo de pruebas de rodaje de neumáticos de la empresa Michelín, de lo cual no teníamos conocimiento. Llegamos a Rodalquilar, antiguo pueblo minero, cuyas casitas se han convertido en una agradable zona de chalets. De las antiguas minas de oro no queda nada, sólo la estructura de hormigón de la fábrica. Visitamos su centro de visitantes muy entretenido, con paneles informativos de la geología de la zona y con la historia de las minas.
Dimos un paseo muy agradable por su Jardín Botánico llamado el Albadinar, conociendo las plantas endémicas de la zona, entre ellas la planta Gurullos (añado foto de la planta de diferentes tamaños). Esta planta es el ingrediente principal y da nombre a un potaje típico en Almeria.
Continuamos hasta la Isleta del Moro y, posteriormente, a San José donde teníamos el almuerzo. Como siempre, después de éste, para bajar la comida, hicimos una pequeña ruta que no esperábamos que fuese tan bonita y agradable, con ese final tan espectacular en la playa de los Genoveses, donde pudimos disfrutar de una bellísima puesta de sol. El camino de regreso fue por la montaña para llegar casi de noche al pueblo.
SORBAS
Domingo 4 y último de nuestra visita a esta zona de Andalucía oriental. Salimos temprano en dirección al pueblo de Sorbas, para hacer una ruta hasta el Nacimiento del Río Aguas y, después, visitar la Cueva del Yeso.
Empezamos el descenso por el barranco y, al principio, el camino era bueno, pero comenzó a estrecharse y presentar dificultad para pasar en algunos tramos. Siempre íbamos pisando cristales de yeso, incrustados en la tierra y brillando al sol. Al llegar a su nacimiento, pasamos a través de unas rocas muy grandes que hacían las veces de gruta, sin serlo, como se puede ver en las fotografías. Hasta hace poco, el Río Aguas tenía un caudal de 100 litros por segundo, pero ahora está en 14 litros por segundo. Según nos dijo la guía, esto es debido a que este río da agua a toda la zona, además una gran finca de olivos de regadío se abastece de él y existen múltiples pozos ilegales. De seguir así, poco quedará de este río en un corto plazo de tiempo.
Regresamos al parking para continuar la visita a las Cuevas del Yeso. Un grupo numeroso de socios, decidió ir al pueblo a conocer Sorbas, no tenían ganas de arrastrarse por la tierra ni de sofocarse y sólo 21 socios nos decidimos a entrar en la cueva. Provistos de cascos con luz, después de caminar unos metros, llegamos a la entrada de la cueva y como nos había dicho la guía, en algunos tramos tuvimos que gatear, en otros arrastrarnos por la tierra, en otro trepar, en otro subir por unas piedras a modo de escalera, etc. Pero, como somos gente decidida, con más o menos dificultad, lo logramos. Las paredes de la cueva eran todo un espectáculo, llenas de cristales de yeso de diferentes tamaños.Fue una aventura muy bonita e instructiva pues aprendimos mucho de la formación de la cueva y de su estado actual debido al desprendimiento de las grandes placas de piedra de los techos en algunos tramos. Después, una merecida comida que incluía un plato típico almeriense y que muchos quisieron degustar la “olla de trigo”.
¡Hasta la próxima salida! Espero que os animéis a visitar esta zona.
Mª Nieves Torrent Ruiz