Si tuviera que describir la primavera con una sola palabra diría que es el color, y si además tuviera que elegir una comunidad vegetal que la representara lo haría con los pastos.

Esas extensiones de hierbas anuales que pueblan el suelo en determinadas épocas del año. Aparecen con los primeros rayos primaverales y con rapidez llenan los campos de colores, blancos, rojos, azules… Son los pastos subnitrófilos, que prosperan en zonas ricas en nitrógeno generalmente antropizadas, tratadas por el hombre o asociadas al pastoreo de ganado vacuno o porcino.

El blanco es el color predominante, el color de fondo, que viene representado por una compuesta que es una pequeña margarita del género Chamaemelum. Dos son las especies más representativas de este color blanco, por un lado Chamaemelum Fuscatum que aparece formando unos pastos poco densos de unos 15 a 25 cm de altura, visibles, a veces incluso a finales de invierno en años suaves y lluviosos. De otro lado la abundantísima Chamaemelum Mixtum formadora de grandes extensiones bajo los encinares y alcornocales de la provincia Luso Extremadurense. Junto a estas margaritas nos encontramos intensos amarillos que dan
una nota dorada, es el Coleostephus myconis, otra margarita de mayor tamaño que aparece asociada a las margaritas blancas y formadora de los pastos blancos y amarillos.

Chamaemelum mixtum

Chamaemelum mixtum

 

Coleostephus_myconis

Coleostephus myconis

Pero si quisiéramos meter una nota de color podríamos incluir colores azules en el pasto, y esto, es posible gracias a la viborera o chupamieles Echium plantagineum que, con sus corolas azuladas ocupa junto al Chamaemelum mixtum zonas con grandes presiones ganaderas y, por consiguiente con importantes concentraciones de nitrógeno en el suelo. Además prospera en cunetas, barbechos, terrenos de baldío, etc. Su fenología es primaveral, al igual que la mayoría de pastos subnitrófilos. Aparecen, espontáneamente individuos albinos, con las flores completamente blancas.

Echium plantagineum

Echium plantagineum

Si observamos pastos multicolores, probablemente estaremos frente a pastos de calidad con una media de 15 a 20 especies por metro cuadrado, apetecibles para el ganado, y por tanto importantísimos para la alimentación de nuestra ganadería.

Papaver rhoeas

Podemos pues, introducir un color pasional, el rojo, y constituir pastos rojos y blancos. Las amapolas Papaver rhoeas de todos conocidos, también son formadoras de pastos subnitrófilos, pero en menor medida aparecen en las dehesas, son más propias de zonas con cultivos marginales, en barbecho, etc. Pero cuando el tipo de suelo y la humedad es la apropiada se asocia con Chamaemelum mixtum y forma un manto de color blanco y rojo predominantemente.

Otra planta formadora de pastos rojos es el Rumex bucephalophorum de pequeño tamaño pero de gran importancia.

Rumex bucephalophorus y Spergularia rubra

Comunidades veraniegas

Cuando la primavera fugaz, comienza a desaparecer bajo las fuertes temperaturas veraniegas, las comunidades vegetales primaverales se marchitan y los colores se tornan pajizos, desaparecen muchas compuestas y, ahora toman el protagonismo las gramíneas y sus comunidades doradas. Existe una, que por su particular belleza merece ser nombrada, y es la formada por la saeta o trigo perdicero Stipa capensis del mismo género que el esparto Stipa tenacissima, formadora de pastos muy homogéneos, no sólo a simple vista sino por la composición en especies. Comienzan las comunidades veraniegas.

Stipa capensis

Si obviásemos esta explosión de color, y explicásemos sólo la parte referente a la botánica deberíamos decir que las comunidades subnitrófilas son asociaciones de plantas anuales de fenologías primaverales, con elevadas coberturas. Comunidades nitrófilas, silicícolas, propias de zonas adehesadas de quercíneas, asociadas a zonas antropozoógenas intensas, desarrolladas en suelos arenosos o limosos y ubicadas en el piso mesomediterráneo, bajo un ombroclima subhúmedo.

De esta manera, las comunidades descritas estarían explicadas para los científicos, pero no podía dejar pasar esta oportunidad sin dar una pequeñísima visión de nuestros pastos como explosiones coloristas, que en definitiva son, y que esta naturaleza asombrosa nos ofrece cada primavera.

Mónica López Martínez
Bióloga
Socia nº 220